Biodog

El Ministerio de la Transición Ecológica (MITERD) se ha visto obligado a proteger al lobo en toda España gracias a la tramitación de una petición administrativa reglada que se produjo en 2019 por una asociación llamada ASCEL. La protección del lobo en España significa que no se podrán matar lobos ni por cazadores ni tampoco por las administraciones públicas.

Esas matanzas de lobos han impedido valorar la importancia ecológica de la especie en nuestro país.El esperpento político y social que estamos viviendo estos últimos meses en Castilla y León en relación a la protección del lobo, especie clave y joya de nuestro patrimonio natural es paradigmático del mal gobierno en la Consejería que preside el ex jurista de profesión Sr Suarez-Quiñones. El lobo es una especie protegida en toda Europa desde 1986 y la sociedad de Castilla y León no acepta ni puede aceptar que pueda ser objeto de caza o de control letal alguno. Paradójicamente, la protección del lobo en España es un hito legal conseguido gracias al buen hacer legal de la sociedad civil y no es consecuencia de nuestros responsables públicos de Medio Ambiente.

El cumplimiento efectivo del marco legal de protección del lobo en Europa ha permitido atisbar indicios de recuperación demográfica de lobos en muchas zonas de Europa menos en España, debido a que nuestros gestores públicos han degradado sistemáticamente la protección del lobo. En la Península Ibérica el lobo ha perdido el 75% de su área de distribución y el 81 % de su tamaño de población desde el siglo XIX estando actualmente su población estancada según los datos oficiales del Ministerio, tanto en términos demográficos (600 adultos reproductores incluidos en 300 grupos) o en cuanto a su área de distribución (unos 100.000 kilómetros cuadrados) en España.La única herramienta de “gestión” sobre esta especie que ha realizado la Junta de Castilla y León en los últimos decenios han consistido en despreciar el interés general e intentar contentar intereses sectoriales autorizando matar lobos y mirando hacia otro lado ante las altísimas tasas de mortalidad por caza ilegal y legal, sin que ello haya supuesto menor una menor incidencia de la afección de la especie sobre la cabaña ganadera ni haya aumentado la tolerancia de cierto sector hacia ella.

Seguimos igual que hace 30 años o peor. Este indecente y fracasado modelo de gestión ha supuesto que la última evaluación sobre el estado de conservación de la especie en el marco de la Directiva de Hábitats, este sea Desfavorable e Inadecuado. Albergando Castilla Y León el 60% de la población española de lobo, se puede inferir el fracaso de esta vergonzante “gestión” y de nuestros representantes públicos, que sorprendentemente se esfuerzan en presentarla como modélica y están empeñados en perpetuar.Toda la literatura científica moderna señala que las poblaciones funcionales de lobos y otros grandes carnívoros producen efectos ecológicos sin parangón en los ecosistemas incluso en ambientes humanizados como los de nuestra comunidad. Para ello hay que protegerlos eficazmente y no matarlos, condición sine que non para ejercer la citada funcionalidad. Ejemplos de funcionalidad ecológica son patentes en Europa donde la acción conjunta de comunidades ricas y diversas de predadores apicales, tales como osos pardos, glotones, linces y lobos, regulan la dinámica de las poblaciones, controlando los ungulados salvajes sin necesidad de acción humana (caza) alguna, preservando la biodiversidad y participando de los procesos evolutivos.Los lobos son predadores apicales, lo que implica que presentan características biológicas únicas como la autorregulación de sus poblaciones mediante la territorialidad y la supresión reproductiva, lo cual quiere decir que los lobos no descontrolan sus poblaciones en condiciones naturales ni estas necesitan control alguno, con lo cual sorprende escuchar continuamente a ciertos personajes esgrimir que los lobos “necesitan ser controlados” para evitar supuestas plagas de lobos.

Combatir el sensacionalismo y las posverdades de determinados sectores es algo que costará mucho tiempo pero se conseguirá con educación y sensibillizacion ambiental, sobre un marco de protección legal de lobos inequívocamente claro: las especies protegidas no se pueden matar, bajo ninguna condición.ASCEL, la asociación que ha conseguido este hito sin parangón en el panorama ambiental español, considera que legal y científicamente le corresponde una protección mayor, con la categoría Vulnerable. Y esa es la siguiente meta legal. Obligar a una política de conservación activa mediante la cual el MITERD tenga que aprobar un Plan de Recuperación nacional vinculante y de obligado cumplimiento. La Estrategia española que se pretende actualizar no lo es. Es una directriz general sin recorrido legal alguno.

Junta Directiva de ASCEL.T

ribuna publicada en El Día de Valladolid.